Querido
soldado:
En pocos meses yo me enfrentaré a unos exámenes que determinarán de manera
importante mi futuro. Sin embargo, no hace falta presentaciones para saber de
ti. Sé qué haces cada día, las tareas que asumes, tus responsabilidades y tus riesgos.
Pero no sé exactamente qué sientes. Seguramente haya momentos en que te hundas
por no encontrar sentido a lo que haces y tu única compañía sea la
oscura soledad. Por eso te escribo esta carta, desde la gratitud por todo lo
que haces, pero sobre todo por cómo lo haces. Porque es admirable tu constancia
y que en tu mente no aparezca nunca la palabra rendirse. Es común relacionar la
figura de los soldados con misiones de guerra. No, yo prefiero tener presente
tu labor de velar por el orden y por una paz que sean fruto de la justicia y la
libertad, incluso en países lejanos con los que aparentemente no tenemos nada
que ver.
No sé dónde estarás pero ya sabrás que España no atraviesa su mejor momento. Tú
colaboras desinteresadamente para salvaguardar ese compromiso internacional por
hacer un mundo más seguro. Son muchas las personas que no encuentran sentido a
esas misiones en el exterior, por el dinero que cuestan a todos y que tanta
falta nos hace aquí. Estoy segura de que aflora en tu rostro una sonrisa
irónica ante esto porque no conocemos lo mal que lo están pasando esas pobres
gentes con las que estás. El acceso a una atención médica digna, dos comidas
diarias, agua potable, seguridad… son para ellos simples utopías.
También reconozco que el sacrificio no es sólo tuyo, sino el de toda tu familia
por no poderte casi ver, que cuentas con cierta incomprensión por sectores de
nuestra sociedad, que en algún momento te sientes utilizado por los políticos
de turno en función de unos intereses discutibles, que te puedes sentir
ninguneado por tus superiores cuando te manden a alguna misión que consideres
sin sentido… Por eso mi reconocimiento por tu tarea, tu entrega y vocación de
servicio. Gracias por contribuir a hacer un mundo más justo donde quiera que
estés.
La paz la deberíamos respirar todos los días y todas las personas sin importar
nuestra religión, nacionalidad o forma de pensar. Gracias por contribuir tan
decisivamente con tus acciones a hacer de éste un mundo mejor.
Con todo mi respeto y la mayor consideración.
Enlace a la página del Ministerio de Defensa
con las cartas ganadoras y finalistas de cada provincia: