El IES Joaquín Artiles convoca para el primer trimestre del curso 2014-2015 el CERTAMEN
LITERARIO DE RELATOS CORTOS bajo el título:
«Conocer África».
Bases:
1. Los relatos se ajustarán al título de la convocatoria.
2. La extensión no podrá ser superior a (3) tres folios escritos por una sola cara, a espacio y medio,con letra Times New Roman de tamaño 11 puntos. No se admitirán textos manuscritos.
3. Podrán participar todos los alumnos matriculados en el centro en este curso.
4. Cada concursante no podrá participar con más de un relato.
5. Los textos deben ser originales.
6. Los relatos se presentarán en la Vicedirección antes del 1 de diciembre de 2014
PREMIOS:
Los trabajos presentados se dividirán en dos categorías:
a) Alumnado de 1º a 3º ESO.
b) Alumnado de 4º a 2º de Bachillerato.
El primer premio de ambas categorías consistirá en un vale, para cada uno de los premiados, de 20 euros para emplear en el cine, teatro, prensa o librería.
Los trabajos ganadores se publicarán en el blog del centro.
Este blog pretende ser un taller de escritura donde poder construir, aprender y compartir. Lo integramos distintos miembros de la comunidad educativa del IES Joaquín Artiles (AGÜIMES) con la finalidad de conseguir extender el gusto por la Literatura y dar respuesta a los que sentimos ese veneno en la sangre.
lunes, 6 de octubre de 2014
jueves, 20 de marzo de 2014
Elena Montero Mejías, de 2º de Bachillerato, primera finalista provincial del concurso nacional "Carta a un militar español"
Querido
soldado:
En pocos meses yo me enfrentaré a unos exámenes que determinarán de manera
importante mi futuro. Sin embargo, no hace falta presentaciones para saber de
ti. Sé qué haces cada día, las tareas que asumes, tus responsabilidades y tus riesgos.
Pero no sé exactamente qué sientes. Seguramente haya momentos en que te hundas
por no encontrar sentido a lo que haces y tu única compañía sea la
oscura soledad. Por eso te escribo esta carta, desde la gratitud por todo lo
que haces, pero sobre todo por cómo lo haces. Porque es admirable tu constancia
y que en tu mente no aparezca nunca la palabra rendirse. Es común relacionar la
figura de los soldados con misiones de guerra. No, yo prefiero tener presente
tu labor de velar por el orden y por una paz que sean fruto de la justicia y la
libertad, incluso en países lejanos con los que aparentemente no tenemos nada
que ver.
No sé dónde estarás pero ya sabrás que España no atraviesa su mejor momento. Tú
colaboras desinteresadamente para salvaguardar ese compromiso internacional por
hacer un mundo más seguro. Son muchas las personas que no encuentran sentido a
esas misiones en el exterior, por el dinero que cuestan a todos y que tanta
falta nos hace aquí. Estoy segura de que aflora en tu rostro una sonrisa
irónica ante esto porque no conocemos lo mal que lo están pasando esas pobres
gentes con las que estás. El acceso a una atención médica digna, dos comidas
diarias, agua potable, seguridad… son para ellos simples utopías.
También reconozco que el sacrificio no es sólo tuyo, sino el de toda tu familia
por no poderte casi ver, que cuentas con cierta incomprensión por sectores de
nuestra sociedad, que en algún momento te sientes utilizado por los políticos
de turno en función de unos intereses discutibles, que te puedes sentir
ninguneado por tus superiores cuando te manden a alguna misión que consideres
sin sentido… Por eso mi reconocimiento por tu tarea, tu entrega y vocación de
servicio. Gracias por contribuir a hacer un mundo más justo donde quiera que
estés.
La paz la deberíamos respirar todos los días y todas las personas sin importar
nuestra religión, nacionalidad o forma de pensar. Gracias por contribuir tan
decisivamente con tus acciones a hacer de éste un mundo mejor.
Con todo mi respeto y la mayor consideración.
Enlace a la página del Ministerio de Defensa
con las cartas ganadoras y finalistas de cada provincia:
miércoles, 15 de enero de 2014
Seleccionado y publicado en el periódico "Fenómeno social" el relato "Fuera de este mundo" de nuestra alumna Nidia Suárez.
Fuera
de este mundo
Era un día gris y lluvioso, posiblemente el peor día de su vida. Hannah estaba
frente a aquel parque al que siempre solía ir con su amado, pero con una
diferencia: esta vez estaba sola con el único consuelo de que él seguía en su
recuerdo tan fresco como si pudiera verlo, sentirlo y tocarlo, pero era
consciente de que jamás iba a volver. Se había marchado de su vida para siempre
y, lo peor, no se había despedido de ella.
Benjamin
había fallecido y no le quedaba otra que aceptarlo pues no podía cambiar ese
funesto destino, pero su mente no podía soportarlo, tenían planes de futuro.
¿Qué pasaría con esos planes? ¿Serían simplemente eso, planes? Cuanto más lo
meditaba, más oscuro veía ese futuro sin su otro yo, era como separar a dos
gemelos recién nacidos que hasta ese día no conocen otra vida más que la
compartida con su “otra mitad”.
Hannah
tomó una decisión que cambiaría su destino y el de sus seres queridos. Se
dirigió a la casa de Benjamin, cogió esa moto que tanto apreciaba y se montó en
ella. Se puso el casco y la condujo hacia el lugar más peligroso de la ciudad:
el acantilado. Hannah aceleró y salió disparada hacia el que sería su final. En
este corto trayecto se le pasaron por la cabeza todos los momentos que
compartió con él, y se aferró a la moto pues era lo único que le quedaba de él,
fue una gran explosión de adrenalina e inconscientemente gritó, pero no era un
grito de dolor ni de nostalgia, sino de felicidad. Y de pronto sintió que era libre. Suspendida en el aire a una
velocidad inimaginable, Hannah se sintió como nunca antes se había sentido, como
un pájaro que vuela sin rumbo alguno, pero que sabe que su vuelo ha de acabar.
Entonces lo vio, vio su reflejo en el agua, observándola con los brazos
abiertos, dándole la bienvenida a su nuevo mundo. Fue en ese instante cuando se
percató de todo lo que dejaba atrás: su familia, sus amigos y su vida entera. Todo
cuanto había hecho quedaría en la memoria de los demás, pero valía la pena.
Fuera de este mundo o lo que sea que hubiera más allá, deseaba estar junto a
él.
Llegó el
momento y tocó el agua que poco a poco fue resquebrajándola en pedazos, pero no
fue más que un dulce dolor, pues su destino estaba ahí, junto a él, fuese donde
fuese.
* El texto tenía que contener esta
frase que está en negrita.
Nidia
Suárez, 1º Bachillerato, IES Joaquín Artiles
María Ruiz del Pozo ganadora de nuestro concurso "Mi vida en 100 palabras".
María
No sé por qué me llamo María.
No sé siquiera cómo llegué aquí.
No sé por qué tengo que escribir en mi presente cien palabras, en vez de dos mil.
No sé de dónde sacó mi madre coraje para adoptarme, ni mi padre para estar siempre ahí.
No sé por qué hablo cuando no debo y callo, a veces, con razón.
No sé por qué, siendo energía, la cosa no fluye.
Sí sé por qué con estos versos digo todo
y, aparentemente, no digo nada.
Será porque tengo miedo a romper mi coraza
y ser vulnerable ante este mundo "cruel".
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