la arquitectura en sus ojos morunos
con reflejos de espejo de Arrayanes.
Agua sin prisa que canta y llama,
agua de olvido y de recuerdos,
agua que fluye sin rencores
buscando un acabar de cuento de hadas.
Fortaleza rojiza ¿quién heredará tu califato?
¿Acaso algún visir imaginario
enamorado de la perspectiva Torre de Comares
o de tu firme geometría envidia de Vitrubio?
Alhambra, mora mía.
Se nota en esa tez de sultana invencible,
en esos arcos firmes que voltean sobre pilares fuertes
elevada en el cerro sobre las catedrales,
que te has enamorado de Granada.
Alhambra, eres historia que vive en mis andares
y me ocupa el recuerdo en horas cotidianas.
Fue tu vivir en mí un halo de nostalgía,
un tiempo que sentí y ya no recordaba...
y note que a mi alma, con tu color de adobe,
como al olmo en Machado, algunas hojas verdes le han salido.
Alhambra de conquista, camino de los tristes
que no pueden quedarse y desde la distancia
te sienten, te viven e ilusionan como amantes prohibidos,
escondiendo unos ojos cargados de rocio
por miedo a un delator que lea sus miradas.
por miedo a un delator que lea sus miradas.
4 comentarios:
Preciosos versos llenos de nostalgia ahogada en el tiempo y en los silencios, construida con adobes rojizos de sorprendente precisión y maestría. Enhorabuena poeta.
Sçe de alquien que se va a emocionar con estos versos. Grcias por llevarnos de la mano, a lomos de tus versos, Paco, por una de las ciudades más hermosas del mundo.
Queda claro, por si alguien aún lo dudaba, que de os lugares uno también se enamora. Granada, la Alhambra, están vivas en estos versos, Paco, y están vivos por el amor que les sopla tu mirada. Queremos más versos.
Verdaderamente tienes don de palabra poética. Sigue compartiendolo con nosotros. Precioso poema de días compartiendo esa visión.
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