miércoles, 15 de enero de 2014

Seleccionado y publicado en el periódico "Fenómeno social" el relato "Fuera de este mundo" de nuestra alumna Nidia Suárez.

Fuera de este mundo

        Era un día gris y lluvioso, posiblemente el peor día de su vida. Hannah estaba frente a aquel parque al que siempre solía ir con su amado, pero con una diferencia: esta vez estaba sola con el único consuelo de que él seguía en su recuerdo tan fresco como si pudiera verlo, sentirlo y tocarlo, pero era consciente de que jamás iba a volver. Se había marchado de su vida para siempre y, lo peor, no se había despedido de ella.
      Benjamin había fallecido y no le quedaba otra que aceptarlo pues no podía cambiar ese funesto destino, pero su mente no podía soportarlo, tenían planes de futuro. ¿Qué pasaría con esos planes? ¿Serían simplemente eso, planes? Cuanto más lo meditaba, más oscuro veía ese futuro sin su otro yo, era como separar a dos gemelos recién nacidos que hasta ese día no conocen otra vida más que la compartida  con su “otra mitad”.
         Hannah tomó una decisión que cambiaría su destino y el de sus seres queridos. Se dirigió a la casa de Benjamin, cogió esa moto que tanto apreciaba y se montó en ella. Se puso el casco y la condujo hacia el lugar más peligroso de la ciudad: el acantilado. Hannah aceleró y salió disparada hacia el que sería su final. En este corto trayecto se le pasaron por la cabeza todos los momentos que compartió con él, y se aferró a la moto pues era lo único que le quedaba de él, fue una gran explosión de adrenalina e inconscientemente gritó, pero no era un grito de dolor ni de nostalgia, sino de felicidad. Y de pronto sintió que era libre. Suspendida en el aire a una velocidad inimaginable, Hannah se sintió como nunca antes se había sentido, como un pájaro que vuela sin rumbo alguno, pero que sabe que su vuelo ha de acabar. Entonces lo vio, vio su reflejo en el agua, observándola con los brazos abiertos, dándole la bienvenida a su nuevo mundo. Fue en ese instante cuando se percató de todo lo que dejaba atrás: su familia, sus amigos y su vida entera. Todo cuanto había hecho quedaría en la memoria de los demás, pero valía la pena. Fuera de este mundo o lo que sea que hubiera más allá, deseaba estar junto a él.
       Llegó el momento y tocó el agua que poco a poco fue resquebrajándola en pedazos, pero no fue más que un dulce dolor, pues su destino estaba ahí, junto a él, fuese donde fuese.

* El texto tenía que contener esta frase que está en negrita.
Nidia Suárez, 1º Bachillerato, IES Joaquín Artiles


María Ruiz del Pozo ganadora de nuestro concurso "Mi vida en 100 palabras".

María


No sé por qué me llamo María.
No sé siquiera cómo llegué aquí.
No sé por qué tengo que escribir en mi presente cien palabras, en vez de dos mil.
No sé de dónde sacó mi madre coraje para adoptarme, ni mi padre para estar siempre ahí.
No sé por qué hablo cuando no debo y callo, a veces, con razón.
No sé por qué, siendo energía, la cosa no fluye.
Sí sé por qué con estos versos digo todo
y, aparentemente, no digo nada.
Será porque tengo miedo a romper mi coraza
y ser vulnerable ante este mundo "cruel".